Vídeo recomendación
"En cuanto vio la carta se puso a bizquear, le se arquearon los labios en una sonrisilla de entereza que la aventajó inconmensurablemente.
- ¿Te importaría - me dijo - abrir ese cajón y darme mi bolso? Para leer esta clase de cartas hay que llevar los labios pintados."
No hay comentarios:
Publicar un comentario