lunes, 25 de abril de 2016

Capítulo 1: Desayuno en Tiffany's

En un barrio de la zona de las Setenta Este en Nueva York, vivía hace años un escritor, narrador de la novela. En el apartamento debajo del suyo vivía la joven Holly Golightly, de casi diecinueve años, aunque éste sólo la conocía de las veces que la veía en el bar de Joe Bell, en una calle cercana a su casa. Esta muchacha parecía siempre tener muchos quehaceres y eventos importantes pese a su edad, y siempre gritaba a algún vecino para pedirle la llave del piso, ya que siempre se le olvidaba la suya. Le atraían los hombres mayores, de cuarenta y tantos años, y muchas veces se la veía llegando al apartamento con alguno. No estudia ni trabaja, sino que se mantiene de dinero que le dan los hombres con los que sale cuando va a visitarlos. Entre estos hombres se encuentran personalidades muy dispares, desde un mafioso encarcelado en la prisión de Sing Sing hasta un rico nazi. Holly era una joven hermosa y a la vez misteriosa.

Tras unos años, el escritor se mudó y no volvió a saber de la joven, hasta que un día recibió una urgente llamada de Joe Bell, el dueño del bar donde solía frecuentar. Este le enseñó al llegar una foto de un hombre africano con una escultura que mostraba perfectamente la cara de Holly, de la que el barman estaba enamorado desde hacía años: "Mira, chico. Es ella. Como que me llamo Joe." Ninguno había vuelto a saber de ella.

El narrador hace un flashback al pasado, donde compartía días enteros con Holly, aprendiendo el uno del otro y conociéndose a fondo. El escritor la ayuda a encontrar su lugar en el mundo, y no hay sitio en el universo donde la joven se sintiera más segura que en la carísima joyería Tiffany's, famosa tienda de diamantes. Vive una vida bastante despreocupada.

Un día, un hombre para por la calle al escritor narrador de la historia y se presenta enseñándole una foto de una familia donde se le podía apreciar rodeado de más gente, entre ellas Holly y su queridísimo hermano Fred (solía llamar así al escritor para poder pensar que tenía a su hermano cerca), que estaba en la guerra.. El escritor pensó que sería el padre de la muchacha, pero se equivocó. Se trataba del marido de Holly, un veterinario de pueblo que también se dedicaba a trabajar la tierra: "No se llama Holly. Antes se llamaba Lulamae Barnes. Antes de casarse conmigo. Soy su marido, Doctor Golightly. Soy médico de caballos, veterinario. También trabajo un poco la tierra. Cerca de Tulip, en texas." Se había casado con, por aquel entonces llamada Lulamae Barnes, en Texas, cuando ella apenas tenía catorce años. En casa de Doc Golightly, que así era como se llamaba, a la niña no le faltaba nada y vivía teniendo todo lo que quería, y un buen día sin razón aparente, se fue y no volvió.

Fue entonces cuando el escritor llevó a Doc hasta el piso de Holly, y se vieron de nuevo tras bastante tiempo. A la mañana siguiente, la joven acompañó a su marido a la estación de tren, donde se despidieron definitivamente aunque él tuviese la esperanza de que Holly volviese a su hogar. Tampoco el escritor volvió a ver a Holly en un tiempo.

La siguiente vez que la vio, fue cuando una vecina advirtió al escritor de que en casa de la muchacha algo estaba pasando, y así era. Holly había enloquecido al recibir una noticia de Doc, comunicándole que su hermano Fred había muerto en la guerra. Poco después, el escritor se entera de que Holly está embarazada de José Ybarra-Jaegar, brasileño adinerado con el que Holly mantiene una relación que probablemente acabe en matrimonio. La joven se encapricha, y sueña con mudarse a Río con él.

Holly y el escritor retoman su relación de amistad y un día salen a montar a caballo. La joven pierde el bebé y ese mismo día fueron a su casa a arrestarla por presunto tráfico de drogas: "He probado alguna vez la marihuana. No es ni la mitad de perjudicial que el brandy. Y sale más barata. Por desgracia, yo prefiero el brandy. No, Mr. Tomato nunca me ha hablado de drogas. Es una persona sensible, religiosa. Es un anciano encantador." Holly apareció en todos los periódicos y fue el centro de atención de la prensa durante varios días. Recibió una carta de José donde, en resumen, la dejaba porque no quería poner en peligro a su familia ni ver su nombre manchado por una mujer que consumía y vendía drogas: "Me di cuenta de lo diferente que eras de la clase de mujer que un hombre de mi religión y mi carrera necesita como esposa." Era inocente, pero se vio implicada en el asunto por culpa de Sally Tomato (mafioso encarcelado en Sing Sing al que Holly visitaba todas las semanas), aunque no se sabe muy bien como fue todo. Por ello, decide aprovechar su billete a Río e irse sola, alejándose así de todos los problemas y dejando al escritor a cargo de su querido gato.


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